domingo, 1 de agosto de 2010

La guerra de la Independencia en Belalcázar





El 2 de mayo de 2008 se cumplieron doscientos años del comienzo de la desdichada Guerra de la Independencia. Aquella guerra que ocupó toda España se notó en Belalcázar, la cual fue ocupada el 14 de abril de 1810 por los franceses, aunque ya en enero de ese año rondaron por el pueblo, el cual fue abandonado por casi todos sus habitantes, aunque posteriormente regresaron. Un relato de esto, basado en gran parte en Ramírez de las Casas Deza, se recoge en “Las fortalezas de Belalcázar” de Alberto León Muñoz. León cuenta en su obra como los franceses ocuparon el castillo, como destrozaron las almenas y algunos escudos, intenta descubrir las obras de acondicionamiento que hicieron en el castillo, etc… También nos habla de dos grupos resistentes a los franceses que anduvieron por nuestra zona, uno al frente del brigadier Morillo y otro al frente de un cura de Belalcázar llamado Clemente de Arribas. Nos cuenta como los ingleses conjuntamente con tropas españolas intentaron apoderarse del castillo, y del bombardeo al que lo sometieron. Por último relata como los habitantes de Belalcázar, al año de la partida de los franceses, procedieron a destruir el castillo quitando las plantas y dejando vacía la torre. También se refiere a la contribución que exigieron a los habitantes de Belalcázar y que debe coincidir con el contenido del legajo 345 del Archivo Municipal del pueblo y cuyo contenido ha sido extractado por Manuel Rubio Capilla en un artículo titulado “Dinero aportado por el pueblo de Belalcázar, durante la Guerra de la Independencia, para la subsistencia de las tropas francesas”, publicado, si no recuerdo mal en uno de los números de “Crónicas de Córdoba y sus pueblos”.


También Ramírez de las Casas Deza, en su corografía de la provincia de Córdoba da noticia de los sucesos que durante la dominación fancesa ocurrieron en Belalcázar:




"La tarde del 16 de enero de 1810 se dejaron ver las tropas francesas por la primera vez en ella. Eran sesenta dragones procedentes del ejército del mariscal Víctor que se hallaba en Almadén, e iba a entrar en Andalucía. Estuvieron pocas horas; pero los vecinos temerosos de que el ejército pasase por la villa la abandonaron, y con sus familias y efectos que pudieron llevar se fueron a las dehesas de las Alcantarillas, Cachiporra, Armijos y Madroñiz, y hasta las monjas se salieron del convento quedando apenas en el pueblo cuarenta vecinos, entre ellos los curas párrocos; mas el ejercito no pasó por allí, ni los franceses se volvieron a ver hasta el sábado víspera de Ramos 14 de abril, en que se presentaron 180 hombres para exigir al vecindario una contribución de 100.000 reales, de que solo pagó la mitad, por haber el general Desolle, que a la sazón estaba en Córdoba, perdonado la otra mitad. A últimos de mayo volvió a ir a esta villa una compañía de infantería, y el primero de junio por orden del gobernador general de la provincia se principió a habilitar el castillo para alojamiento de las tropas francesas que se posesionaron de él a últimos del mismo mes, quedando de guarnición unos 200 hombres de infantería y caballería.
El 25 de febrero de 1811 entraron en el convento de los cinco mártires de Marruecos unos 3000 españoles prisioneros con su general Virues procedente de Ebora: los oficiales estuvieron en el castillo. El 18 de marzo se alojó en el mismo convento la guarnición de Badajoz que constaba de 8 a 10.000 hombres, y los oficiales en el pueblo, donde había mas de 5.000 hombres entre franceses y españoles, por lo que era estrecha la villa para contener tanta gente.
El 6 de mayo de 1811 una división de 5 a 6.000 ingleses puso sitio al castillo que era, y lo fue en adelante, almacén general de provisiones y solo tenía unos cuarenta hombres de guarnición al mando de Mr. Charpentier, teniente del regimiento 51 de línea: colocaron las baterías hacia la fuente llamada de Ulloa, sitio alfo elevado no muy distante de la fortaleza por la parte de oriente, y habiéndole arrojado mas de 200 balas de cañón con dos de a cuatro que traían, no consiguieron otra cosa que desconchar levemente el muro de aquel lado: hicieron igualmente contra los pocos franceses allí encerrados mucho fuego de fusilería y sin mas resultado que la muerte de dos ingleses y algunos pocos heridos, desesperados de tomarlo, a las veinticuatro horas levantaron el sitio.
El 6 de junio siguiente, el brigadier D. Pablo Morillo con unos 1.000 hombres sorprendió diestramente a las once y media de la noche, a peras de la brillante claridad de la luna, a 560 franceses que componían la columna móvil del partido de la sierra. Les hizo 113 prisiones, entre ellos un capitán de dragones, y otro de infantería, y les tomó mucho equipaje; mas sin embargo del combate que se trabó, y del mucho fuego que se hizo dentro del pueblo, sucedieron pocas muertes y desgracias, pues solo murieron tres españoles y cuatro franceses, y hubo pocos heridos. Finalmente el 28 de agosto de 1812 abandonaron el castillo y el pueblo, y el 11 de septiembre entró en este una división mandada por el conde de Penne y el brigadier Morillo."

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